LAVELILLA-PUYUELO-BARRANCO
LAS GARGANTAS
Duración:
1h 35 hasta el punto donde di vuelta (carrasca con marca 29) y 1 hora
y cuarto de vuelta.
Desnivel:
470 m de subida
Dificultad:
baja, camino muy bien indicado en cada cruce y mojones.
Inicio:
Lavelilla, junto al silo de sal.
Hace
días que tenía en mente dar una vuelta para conocer este paraje
bastante desconocido en el que no te molesta nadie y es posible
escuchar el silencio absoluto.
Puyuelo
es uno de tantos pueblos deshabitados en el valle de la Solana a
causa de los desgraciados de Iberduero y su pantano fantasma en
Janovas. Para acceder a él hay un precioso camino que parte desde la
misma carretera entre Fiscal y Boltaña y que enfila cara norte
dirección a Yeba y Valle Vió. Como tenía que estar antes de las
dos en Ainsa, mi primer objetivo era llegar hasta la localidad de
Campol pero al final opté por la opción de adentrarme un rato en el
camino de las gargantas que va hacia Yeba que os lo cuento a
continuación.
El
punto de inicio es muy fácil de localizar. Si venimos de Fiscal,
debemos continuar unos kilómetros hasta que, nada más pasar el
desvío de la pista que va hacia Yeba y San Martín de la Solana,
veremos un silo de sal con una explanada donde dejar el coche. Ahí
parte la pista que debemos coger, perfectamente indicada. Si venimos
desde Boltaña, después de pasar los tuneles de Balupor y el
congosto de Janovas, veremos a nuestra derecha el silo de sal.
Una
vez ahí, hay un cartel donde indica cuatro puntos( Campol, Yeba, San
Martín y Puyuelo) así como un pequeño mapa donde explica una ruta
de BTT de Zona Cero que discurre en parte por este trayecto. Estamos
a 665 m de altitud aprox.
Cogemos
la pista y empezamos a andar por ella en dirección norte.
Cuando
llevemos 15 minutos, la pista termina junto a un barranco que baja
seco y junto a una valla. Aquí se convierte en senda, la cual
empezará a ganar altura durante todo el rato hasta que 15 minutos
después llegaremos al pueblo de Puyuelo (860 m). El camino está
perfectamente indicado con mojones. Gran labor de conservación la
que se ha realizado por estas sendas.
El
camino atraviesa el pueblo por la única calle en torno al cual se
distribuyen sus casas que aun conservan las paredes en pie. En una de
ellas una chimenea aun resiste el paso del tiempo.
Tras
descansar unos minutos prosigo el camino que un poco después de
haber salido de Puyuelo vira hacia el este durante unos minutos para
después ya encarar cara norte durante todo el trayecto. Aquí se
puede ver también lo cerca que estamos de San Martín de la Solana,
casa convertida hace ya unos años en un hotel rural.
El
camino va ganando altura poco a poco y tendremos en todo momento
visible el pico Navaín.
Campol tambien lo vemos.
Cuando
llevamos media hora desde Puyuelo llegamos a una especie de collado
que se llama “collada Lieso”. Continuamos por el camino en clara
dirección norte.
La
nieve hace acto de presencia.
El
camino se mete en un bosque algo más espeso y húmedo que intuye que
nos estamos acercando al barranco, al cual llegaremos cuando llevamos
casi una hora y cuarto desde el inicio.
Nada
más cruzarlo veremos un desvío de caminos. A la izquierda nos
iríamos hacia Campol y San Martín. Esta era mi primera opción pero
como desconozco cuanto tiempo me llevaría hasta Campol, prefiero
cambiar de planes y caminar un rato más por la otra opción, el
camino de las gargantas que lleva hacia la colladeta de Yeba.
A
partir de aquí el camino se introduce, como bien dice el nombre, en
una garganta preciosa en la que se contemplan bellas estampas. Una
borda se mantiene intacta en el camino.
Continuaré
por este camino durante algo más de media hora hasta llegar junto a
una vieja carrasca donde hay una señal amarilla con un número 29,
me imagino que se refiere al número de monte.
El móvil me indica
que estoy a 1135 m de altitud. Continuando por este camino
llegariamos a la colladeta de Yeba que nos daría la bienvenida al
Valle de Vió.
Espero
volver pronto y con más tiempo para terminar este recorrido. Con dos
vehículos, se pueden hacer buenas excursiones por aquí.
Tras
una breve parada para escuchar el silencio que me rodea, vuelvo sobre
mis pasos para regresar hasta el coche acompañado de la lluvia que
amenazaba este día que ya había salido algo nublado.
Buena pinta. Me la apunto.
ResponderEliminarSalud!