sábado, 14 de febrero de 2015

POR PUYUELO Y EL CAMINO DE LAS GARGANTAS

LAVELILLA-PUYUELO-BARRANCO LAS GARGANTAS

Duración: 1h 35 hasta el punto donde di vuelta (carrasca con marca 29) y 1 hora y cuarto de vuelta.
Desnivel: 470 m de subida
Dificultad: baja, camino muy bien indicado en cada cruce y mojones.
Inicio: Lavelilla, junto al silo de sal.

Hace días que tenía en mente dar una vuelta para conocer este paraje bastante desconocido en el que no te molesta nadie y es posible escuchar el silencio absoluto.
Puyuelo es uno de tantos pueblos deshabitados en el valle de la Solana a causa de los desgraciados de Iberduero y su pantano fantasma en Janovas. Para acceder a él hay un precioso camino que parte desde la misma carretera entre Fiscal y Boltaña y que enfila cara norte dirección a Yeba y Valle Vió. Como tenía que estar antes de las dos en Ainsa, mi primer objetivo era llegar hasta la localidad de Campol pero al final opté por la opción de adentrarme un rato en el camino de las gargantas que va hacia Yeba que os lo cuento a continuación.
El punto de inicio es muy fácil de localizar. Si venimos de Fiscal, debemos continuar unos kilómetros hasta que, nada más pasar el desvío de la pista que va hacia Yeba y San Martín de la Solana, veremos un silo de sal con una explanada donde dejar el coche. Ahí parte la pista que debemos coger, perfectamente indicada. Si venimos desde Boltaña, después de pasar los tuneles de Balupor y el congosto de Janovas, veremos a nuestra derecha el silo de sal.
Una vez ahí, hay un cartel donde indica cuatro puntos( Campol, Yeba, San Martín y Puyuelo) así como un pequeño mapa donde explica una ruta de BTT de Zona Cero que discurre en parte por este trayecto. Estamos a 665 m de altitud aprox.


Cogemos la pista y empezamos a andar por ella en dirección norte.

Cuando llevemos 15 minutos, la pista termina junto a un barranco que baja seco y junto a una valla. Aquí se convierte en senda, la cual empezará a ganar altura durante todo el rato hasta que 15 minutos después llegaremos al pueblo de Puyuelo (860 m). El camino está perfectamente indicado con mojones. Gran labor de conservación la que se ha realizado por estas sendas.

El camino atraviesa el pueblo por la única calle en torno al cual se distribuyen sus casas que aun conservan las paredes en pie. En una de ellas una chimenea aun resiste el paso del tiempo.



Tras descansar unos minutos prosigo el camino que un poco después de haber salido de Puyuelo vira hacia el este durante unos minutos para después ya encarar cara norte durante todo el trayecto. Aquí se puede ver también lo cerca que estamos de San Martín de la Solana, casa convertida hace ya unos años en un hotel rural.

El camino va ganando altura poco a poco y tendremos en todo momento visible el pico Navaín.
Campol tambien lo vemos.


Cuando llevamos media hora desde Puyuelo llegamos a una especie de collado que se llama “collada Lieso”. Continuamos por el camino en clara dirección norte.
La nieve hace acto de presencia.
El camino se mete en un bosque algo más espeso y húmedo que intuye que nos estamos acercando al barranco, al cual llegaremos cuando llevamos casi una hora y cuarto desde el inicio.

Nada más cruzarlo veremos un desvío de caminos. A la izquierda nos iríamos hacia Campol y San Martín. Esta era mi primera opción pero como desconozco cuanto tiempo me llevaría hasta Campol, prefiero cambiar de planes y caminar un rato más por la otra opción, el camino de las gargantas que lleva hacia la colladeta de Yeba.

A partir de aquí el camino se introduce, como bien dice el nombre, en una garganta preciosa en la que se contemplan bellas estampas. Una borda se mantiene intacta en el camino.




Continuaré por este camino durante algo más de media hora hasta llegar junto a una vieja carrasca donde hay una señal amarilla con un número 29, me imagino que se refiere al número de monte. 

El móvil me indica que estoy a 1135 m de altitud. Continuando por este camino llegariamos a la colladeta de Yeba que nos daría la bienvenida al Valle de Vió.
Espero volver pronto y con más tiempo para terminar este recorrido. Con dos vehículos, se pueden hacer buenas excursiones por aquí.
Tras una breve parada para escuchar el silencio que me rodea, vuelvo sobre mis pasos para regresar hasta el coche acompañado de la lluvia que amenazaba este día que ya había salido algo nublado.





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